10/10/2008

De las mamonerías

En los últimos tiempos un pensamiento me persigue, me ataca, no me deja en paz. Es un buen pensamiento, una idea agradable, feliz, que, aunque nunca se aleja, me hace recordar lo bueno que es ser quien soy y estar con quienes estoy.
Cierta gente en el mundo, muy insegura de sus ondas, con mucho miedo al fracaso (y con razón, fuera de sus poses no son nada), y criada bajo la filosofía "para sobresalir hay que chingar no ser chingón", pasa sus días criticando lo que los demás hacen. La música que escuchan, sus gustos en muebles, la gente con la que se llevan, las palabras y expresiones que usan, los lugares a los que van, si bailan o dejan de bailar... todo con la idea de construir su propia pose, ¿no?
Generalmente son gente "cool" que lo único que hace semana tras semana, día tras día, es reventar y ser conocidos por su reven y por sus críticas mamonas y vacías, por sus puntos de vista superficiales sobre el resto de la gente, por con quien "se llevan" y con quien "metieron en el último reven cool al que fueron con pulsera".
No, no es envidia, estuve ahí, fui, vine, conocí, y al final, la verdad, soy mucho más feliz con lo que tengo ahorita. Yo sí leo libros, sí tengo amigos y preocupaciones por cosas más allá de si iré o no este fin de semana a la fiesta del año... Porque yo tengo una vida, llena de afectos, más allá de si la gente con la que me llevo es cool o poderosa, o influyente o famosona...
Yo no necesito pasar 17 horas criticando a todo el mundo, lo aburridos que son, lo autóctonos, lo étnicos, lo ignorantes, lo nerdos... Sí critico mucho, soy crítica, me gusta y lo hago. Crítico la falta de compromiso, la falta de interés, la irresponsabilidad, la falta de profesionalismo, etc.
Pero me asumo como soy, sin necesidad de "aplastar" a otros en el camino, sin tener que proyectar mis "complejos" en el resto de la banda, siemplemente siendo yo y listo. Lo que no me gusta lo cambio, si no puedo, lo intento, y conservo bien cerca a la gente que me quiere y a la que quiero demasiado... Porque tener cientos de "cuates" en el reven no llena los vacíos de los traumas diarios, no satisface, me queda claro... sino no se meterían todas las madres que se meten, no pasarían sus crudas en solitario, no se quedarían sin cuates cuando ya no tienen cortesías para el evento del año... serían más felices y se concentrarían en eso, no en lo que los demás leemos, decimos o escuchamos.

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