1/14/2010

En la cama con Proust




Simbólicamente, a manera de representación o de respuesta a esta temporada de tanta búsqueda en mi vida, el primero de enero empecé a leer En busca del tiempo perdido.

Las primeras diez páginas me costaron muchísimo trabajo. Carecía de la concentración necesaria para seguir la historia del recuerdo, del pensamiento, de la evocación. Me obligué, lo acepto. Me obligué a seguir leyendo porque dije que leería ese libro empezando el año. Y la obligación, por primera vez, dio resultado.

Comparto uno de los párrafos que me hizo sentir que, la neta la neta, sí más Proust y menos prozak:

"En mí también se han deshecho muchas cosas que yo creí que durarían siempre, y se han alzado otras nuevas, preñadas de penas y alegrías nuevas que entonces no sabía prever, lo mismo que hoy me son difíciles de comprender muchas de las antiguas."

No sé si por el camino de Swann encuentre las respuestas que busco. Quisiera que las preguntas que me hago fueran tan fáciles de contestar como simplemente leer un libro. Sin embargo, creo que me espera un largo periodo de amar las preguntas y no buscar sus respuestas. Sin embargo, mantener el equilibrio es difícil, tantas preguntas lo hacen a uno cuestionar, incluso, lo que antes se tomaba completamente por sentado.

1 comentario:

Filiola dijo...

Estaríamos muy aburridas si tuviéramos todas las respuestas. Qué chido que tengamos tantas preguntas y que estemos tan en obra negra a veces... es padre que nos falte y que tengamos chance de construir. Olvidé a Proust en México :( A ver qué empiezo a leer (que sea distinto, muy distinto a todo lo anterior, para acompañarte). Te quiero.