7/27/2010

Pequeñas eternidades**


Siento que estamos del otro lado del tiempo, en una dimensión en la que las horas ya no pasan. Aquí tú y yo somos dioses y creamos mundos por medio de palabras.

Estamos suspendidos en un instante eterno, en donde el tiempo es más largo y los segundos tan elásticos que pueden durar semanas. Flotamos en este sitio donde, como en Luvina, nadie lleva la cuenta de las horas ni a nadie le preocupa cómo van amontonándose los años.

En esta eternidad progenitora, tiempo cuasi mítico que se estira y expande, nuestra imaginación es la única creadora. Tú y yo estamos hablando y es lo único que existe, lo único que importa. Aquí los días comienzan y se acaban, pasan y pasan, sin moverse demasiado: alargan el tiempo, lo hacen plano.

Enunciamos creando una pequeña eternidad, un instante sin fin, que recordaremos una vez que, como siempre acontece, el amor se haya acabado y ya no deseemos nuestros cuerpos ni entendamos qué extraño magnetismo nos hizo reunirnos.

En este tiempo largo y suave, nos creamos el uno al otro, nos recreamos en mutuos ojos, somos, por ese breve espacio, quienes queremos ser y no quienes realmente somos. En esta eternidad creadora, en este impasse entre la nada y el inicio de todo, tus semanas de silencio saben a horas; mas cuando hablas la impaciencia del mundo me ataca, los segundos cotidianos me poseen, y deseo con cada centímetro de piel, que no calles, que sigas, hasta que al fin mi cuerpo se reconozca tuyo…

Pero sé que en cuanto esto pase, en cuanto el silencio no exista, el tiempo retomará su cauce, perderá su longitud y pausado fluir, para recobrar sus capacidades mecanizadas y así dictará, poco a poco, el fin de nuestra historia que aún no comienza.

La eternidad se escuchará lejana; el reloj persecutorio, nos devorará un poco en cada paso; seremos juguetes de su inevitabilidad y sólo tendremos la memoria como prueba de lo pasado. En nuestros recuerdos quedarán esos siglos de tiempos para inventar mares y cielos; esos instantes míticos en los que fuimos dioses de palabra e imaginación, esos segundos eternos en los que excitados nos creamos el uno al otro pensando que en esta ocasión no sería efímero y que viviríamos este pensarnos e inventarnos hasta el fin de los tiempos humanos.


**En una de mis clases tengo que entregar escritos con base en diferentes palabras cada semana. Éste resultó de "eternidad", que fue la palabra de la semana pasada.