10/16/2009

Temporada de abanico



¿Dónde quedó el otoño? ¿Dónde está? ¿Dónde lo pusieron? Yo no soy persona de palmeras, arenas y soles. No me malinterpreten por favor, me gusta ir a la playa, pero cualquiera que, como yo, se mueva en transporte público en esta ciudad sabe de lo tortuoso de dicha actividad cuando el clima es caluroso.

Puedo aguantar sudar como puerca en asadero en abril y mayo. Soporto hacerlo todavía durante el verano, pero que a mediados de octubre tenga yo que portar abanico y sacar las piernas de sus cómodos pantalones me parece, francamente, una grosería.

Porque además, habrá que decirlo, ésta no es tierra gentil para andar semiencuerada, se vuelve una objeto de miradas lascivas y barridas envidiosas. Aunque también, habrá que decirlo, goza uno de un peatonal beneficio: los conductores masculinos se detienen para que una pueda cruzar y eso es un bonus tal que hace que uno piense en regresar más seguido a la mini.

Ayer me puse una camisita-vestido y unas mallas opacas, porque ya no estoy en edá de mostrar tanta carne pelada, ¿no? Estuvo bien, no sentí TAAAAANTO calor, sin embargo, treparse así al metro es TODA una hazaña, eh... Y más cuando una llama mucho la atención por andar de aquí pallá con el abanico en la garra... Porque sí, como soy una mujer muy sudorosa (asquerosamente sudorosa) tengo que abanicarme todo el tiempo, de otra forma la ropa queda empapadamente repulsiva y yo con ella, ¿no?

Pero bueno, básicamente todo esto es para pedirle al otoño que ya no se ande con jaladas. Porque los bochornos de menopáusica van fatal a mi edad y creo que merezco justicia, el trato es la mitad del año y hay que respetarlo, a mí no hay antitranspirante que me haga efecto, o sea, no huelo mal, pero me empapo, es horrible que te den un abrazo o, peor, no querer ni mover los brazos porque se te vea el charco... Así que justicia para las mujeres que sudamos harto, que llegue ya el otoño y termine la segunda parte de la temporada de abanico que me hace ver tan señorial, como miss piggy en sus cuarenta y tantos, sude que te sude el chango...

No hay comentarios.: