... querida, hagamos un trato... Tú te das una vuelta por mis rumbos, me permites concentrarme, unas tres horas... no pido más... Y yo, a cambio, prometo dedicarlas al trabajo remunerado y no a los proyectos pro bono, ¿va?
Mira, Concentrancia, la cosa es muy sencilla. Si no trabajo, no gano dinero, si no gano dinero, no me alimento y entonces... imagínate... ¿Qué sería yo sin dinero para alcohol? ¿Qué sería yo sin techo, sin certezas? Porque, Concentrancia, estimada Concentrancia, hasta el momento lo único certero son las necesidades básicas y sin ti, ya ni eso... Anda, guapa, no me desquicies tanto...
Haremos el siguiente trato. Yo me voy a dormir con Proust. Y mañana a las 5 me levantas... me levantas del entre el sueño de los distraídos e incapacitados emocionales y me traes a tierra para terminar mis labores, ¿te gusta?
Anda... aaaaandaaaaaaa.... di que sí... plis plis...
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