11/30/2009

Ardillismo



Hoy todo el día me he sentido como una ardilla (el animal, que no la mujer ardida), pero no de esas como esponjaditas, sino de las negras todas pinches que la cola ni a peluche les llega.
No, no estoy maluveando, es divertido ser ella, es como que, mmm, diferente. Es muy nerviosita, se mueve mucho, la ves y te da risa, parece que cuando come se ríe de ella misma: jiji jiji. Me gustó.... es, digamos, ¡diferente! JAJAJAJAJAJAJAJAJA

11/28/2009

Back in Black

AC/DC me ayuda a distraerme. Me encanta, se me hace lo más rock que puede haber. La terapia de color con AC/DC está dando resultados, la comparto, por si alguien necesita la fuerza pa ser más rock, pintarse el pelo, cambiar de actitud y sobrevivir ante todo.





11/14/2009

El guardián de tu retaguardia



Hoy, simple y sencillamente, no estoy de humor de nada. Ando malauva durísimo y más aún desde que vi un espectacular que, con toda honestidad, me pareció un homenaje al malgusto.

Pétalo, el papel higiénico, se nombra a sí mismo "El guardián de tu retaguardia", ¿a quién mierdas se le ocurrió eso? ¿Es mi malauva o estamos todos de acuerdo en que tal dicho es de un malgusto imperdonable?

Es como el comercial ese de Ludwika Paleta (no sé ni cómo se escribe su nombre y no lo voy a googlear, me niego a ser tan correcta)en el que te habla de cómo otros papeles te dejan pelusas en el ano. Perdonen si soy muy directa, pero la noción de que un papel no me deje pelusas en el ano, es más, la idea de que estemos hablando en televisión de cómo un papel deja o no pelusas en el ano, me parece una completa desgracia.

Me constipa la idea de que tengamos que anunciar así el papel higiénico... ¿Dónde quedaron las pompas pachoncitas del Charmín? ¿Dónde están los tiernos cachorritos de labrador que jugaban con los rollos?

¿Por qué si nos negamos a decir palabras como senos o a mostrarlos, estamos tan dispuestos a hablar de las pelusas que te deja un papel en el ano? ¿Qué sigue? ¿No era suficiente con la Legorreta mostrándonos lo cochino de nuestro WC?




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Uy, uy, uy... Y no había visto la joya televisiva del Guardián de tu retaguardia... ¡Un trasero que habla! ¡Un culo que reclama atención! Simplemente... sin palabras...

11/10/2009

Soundtrack

Después de los repentinos ataques de llanto metrobusero, seguidos de extrañas euforias bailarinas, he decidido no continuar esta etapa de mi vida en shuffle, queremos cierta estabilidad musical.

Así que éste es mi soundtrack (lo comparto para aquellos que ya no quieren el shuffle, pero necesitan musicalizar esta etapa de sus vidas), de la mayoría no hay video, pero en realidad sólo escucho las canciones, así que imagino no hay pedo...


Videos tu.tv


















Y así respiro hoy

A veces es tan difícil enfrentarse, darse cuenta de las cosas, tomar las decisiones que duelen, las riesgosas. Pero uno, al final, las toma. Al final, enfrenta. Al final, se da cuenta.

Y es ahí cuando te enteras que has crecido, que has cambiado, que no eres el mismo. Es en ese instante, en el que te aprieta la tristeza y te colma un inmenso dolor, en el que todo es claro, demasiado claro quizá. Y te vuelves "frío". Y la gente se pregunta cómo puedes seguir caminando. Cómo puedes moverte. Cómo puedes continuar con tu vida.

Y la gente decide que no te has dado cuenta de lo que está pasando. No entienden que ya conoces tan bien ese dolor, que ya no te sorprende. No entienden que puedes estar triste y estar bien. No entienden que destruirte por dentro no está en el menú de opciones.

Y todo duele mucho. Duele muchísimo crecer así de golpe, darte cuenta de que el amor no todo lo puede, entender que a veces, simplemente no es suficiente.

Hoy no quiero analizar y entender. Hoy no quiero que alguien me explique. Hoy sólo quiero que llegue enero. Hoy sólo quiero que sepas que no es que no me duela, es sólo que estoy tranquila, que crecí, que soy otra y no seré la que fui, no esta vez.

Así que, sí, duele. Duele crecer, duele despedirse, duele..duele..duele. Pero estoy tranquila y creo que tú también.

11/04/2009

Babies creep me out

Es hora de que lo confiese:
Los bebés me frikean maaaaaal plan. A mis amigas embarazadas o con bebés sepan que dentro de mis malviajes soy una persona balanceada y no les haré daño a sus retoños. (Aunque igual sería bueno que no continuaran leyendo).

La neta la neta, toda esta onda de la concepción, el milagro de la vida, etc. etc. me pone los pelos de punta. La idea de que una cosa (sí, una cosa) crezca en mis entrañas y esté viva me parece como de Invasión Extraterrestre, algo no sólo antinatura sino sumamente espeluznante... ¡Algo que se mueve dentro de ti! No mamen, ¡neta no les causa pesadillas?

Y después, cuando nacen... no les da como cosa que estén vivos. O sea... no sienten como raro de que se muevan y tengan necesidades. La neta a mí me dan escalofríos... A base de contacto he logrado dominar el malviaje en público, sin embargo los fetos y bebés me persiguen de repente en sueños no tan gratos, en los que se pegan a las transparentes panzas de sus futuras madres y me saludan desde una sustancia viscosa y semitransparente.

Sí, sí quiero tener hijos y eso... algún día... creo... Pero la verdad que la simple idea de que una cosa se empiece a mover adentro de mí, que haya algo vivo adentro de mi... creeps me out gaaaacho.

Lo comparto porque pienso que si salgo del clóset, en una de esas, los escuincles dejan de aparecer en sueños horrorosos... No sé, siento que los niños tienen la malignidad dentro esperando a despertar para atacarnos a todos. Para comerse las entrañas de sus amás... joder, qué mal viaje, mejor me voy a trabajar...

10/29/2009

Aroma transportador...




Tengo muchísimos perfumes. En parte porque me regalan muchos, pero más que nada porque me gustan un chingo.

Cada uno me recuerda a una época muy especial y diferente de mi vida, porque no en cualquier momento empiezo a usar uno nuevo.

El Happy a cuando me salí de casa de mis papás y entré a trabajar. Cada vez que lo huelo me hace sentir joven, emocionada de estar viva, todopoderosa y 16 kilos más delgada (joi, joi).

El Fleur de Cerisier me transporta a cuando volví con Fabián y pasábamos gran parte del tiempo cocinando; hacía mucho calor y era más feliz de lo que nunca hubiera imaginado.

El de mandarina y jazmín me lleva a la última vez que fui a Nueva York, mientras que el Be Delicious Fresh Blossom (qué pedo con DKNY, por qué le ponen un nombre TAN increíblemente largo, le quita lo sexy) me regresa a principios del verano cuando fuimos a Europa.

Hace rato, intentaba ponerme de acuerdo conmigo misma sobre cuál usar ahorita para inspirarme a trabajar (porque más me vale ser hiperproductiva o no terminaré a tiempo, jamás).

Los olí todos, bueno dejé fuera de la lista dos que por su antigüedad podrían darme un virus de nostalgia incurable en las próximas horas (Poême y Anaïs Anaïs –secundaria y primaria, respectivamente–), y quedé confundida entre otros dos: Happy to Be (Montreal, experiencia, seguridad, otoño) y Happy (dicho ya, juventud, ímpetu,independencia, primavera-verano, y, muy importante, 16 kilos menos, jajaja).

Sí, el ganador de hoy es obvio. Los enigmas son otros, relacionados con los perfumes que vienen, con los recuerdos y sentimientos que me harán sentir los actuales, con...

Cada etapa la marco con un nuevo perfume, insisto, no por gusto, porque me regalan muchos, jajaja.

Desde hace una par de semanas estoy usando uno nuevo;me pregunto a dónde me transportará en unos años cuando ya haya pasado por otros tantos y este momento sea sólo un recuerdo.

10/26/2009

5 mujeres de uuuuuutttttssssss

Maaaaal, ¿no? Digo, hermosa y además el Serge le cantaba al oído, joder...



Brigitte Bardot es una diosa, no es necesario decir más... Por Dios, yo digo shooooooot!!!!!



¿Acaso alguien rockea más duro que Deborah Harry? Uff, si tan sólo...



Ufff, April March, LO cool, ¿no? Tooooooda ella... grueeeeso.





O sea, groseramente bonita la pinche Audrey, ¿no? Elegantísima la cabrona... Y una aquí tan malhablada, jajaja.




Nótese el feel retro en la selección... habla de mí, ¿no? Jejeje

De chile, de dulce y manteca 2



Felipe, nuestro adorado presidente, no ha contestado mi correo. O sea, ya pasó más de mes y medio y no tengo noticias de ningún tipo ni de él ni de su equipo, ¿no qué les importaba mucho la comunicación con los ciudadanos? Ya vieron que los ciudadanos no queremos/podemos pagar más impuestos y pues el IVA al 16, ¿no? Por si fuera poco, díganle adiós al subsidio de Luz y Fuerza (que pagábamos nosotros con nuestros impuestos) y hola al 3% sobre las telecomunicaciones. Porque como ya no tenían asegurado que fuéramos unos asnos con el sistema educativo, el internet empezaba a enseñarle al pueblo cosas tremendas, no podíamos seguir así. Imagínense, ¡qué peligro! Joder, la gente no debe pensar, no vaya a ser se dé cuenta de por dónde se va el erario, ¿no?

Si se toman la molestia de quitar la lógica de los programas y no atacar, es más, no tocar, al SNTE ni con el pétalo de una rosa... si se toman la molestia de poner cuadros de material que quieren llamar escuelas, pero son incapaces de asegurarse del nivel que tienen los maestros, qué nos sorprende que le pongan un impuesto a internet donde todo el mundo puede poner lo que quiera y leer lo que quiera, donde la libertad de expresión es más palpable que en ningún otro lado... Donde podemos apreciar una y otra vez los videos con las promesas de campaña del presidente y reflexionar sobre cómo no ha cumplido ninguna, sino al contrario... está dejando al país peor de lo que estaba hace 15 años.

México se está yendo al carajo, qué nos sorprende si somos nosotros los que dejamos que hagan lo que quieran con nuestro dinero, que nos vean la cara, que sean unos desvergonzados. Porque sí, es culpa nuestra por agachones, por dejados, por no luchar por lo nuestro, por permitir que nos aplasten... Joder ya me encabroné... Tendré que cambiar de tema antes de que me dé un aneurisma del coraje.

En Uruguay se van a segunda vuelta, el Frente Amplio sacó el 47%, pero necesita el 50%. Enloquecidamente buscamos madalenas por la ciudad y nada, NADA, cómo evocar sin el clásico pan... ¿Dónde ha quedado la panadería literaria? ¿Dónde la pasión de los poetas? ¿Dónde la gente que entiende que la ironía es lo único que nos mantiene vivos en el planeta?

No, no estoy tan feliz hoy, pero me gusta el color rosado de las nubes a lo lejos y que mi iPod, aunque en shuffle, ponga Bittersweet Symphony, creo es la señal para ir por mi panqué celestial, mi café y dejar esto por la paz... fichada estoy, pero no queremos que eso se vuelva un problema.

De chile, dulce y manteca 1




¿O quizá debiera decir "De funerales, cambio estructural e integración, noticias y gélidos inviernos"?

Básicamente, un collage de emociones y como tal, probablemente, sin pies ni cabeza. Hay una ráfaga de aire heladísimo entrando por la ventana de mi adorado y desordenado estudio. Sopla directo a mis manos lo que hace que se pongan aún más moradas de lo que regularmente son.

Estuve 12 horas el día de hoy, 12, leyó usté bien amable lector, dedicada en cuerpo y alma a las artes funerarias y tengo varios comentarios. En principio, sí, me parece súper freak planear tu funeral en línea. Una cosa es dejar las cosas en orden y otra muy distinta es tener un perfil en una red social en la que todos tienen sus death wishes en línea para que sepamos qué canción quieren que toquen una vez que ya no estén.

La otra parte del trabajo fue la más ardua, interesante, no lo negaré, me causará risa en unos años, pero cómo fue cansado. Tuve que hablar a 20 funerarias del país para pedir los precios de sus servicios básicos (inhumación y cremación). Carajo, al teléfono ponen a cada bestia... La última, al momento en el que le pedí informes se río de mí, y aunque yo no tengo a ningún pariente enfermo sí me pareció molesto pensar que así pueden tratarte en un mal momento... Así que le dije: ¿qué le parece tan gracioso? ¿De qué se ríe? Y sí, también a otra le dije que se hiciera a la idea de que no estaba trabajando en una estética, sino en una funeraria, que hiciera favor de tomarse el trabajo con la seriedad necesaria... Cranky... I know...

Estoy haciendo última lectura de un libro que básicamente, al menos en las primeras 50 páginas, nos muestra cómo nos chingaron al momento de abrir las fronteras a las importanciones como lo hicieron. Lo que me recuerda...

10/21/2009

Mis 15 cosas


*No importa a qué hora me levante, siempre siento que la vida empieza a las 10 de la mañana.

*ODIO a la gente que camina lento, me pone de malas.

*Por cuarta vez en dos semanas tuve unas ganas casi incontenibles de pegarle a alguien una buena bofetada.

*Aclarando el punto anterior, no, hoy no me quise abofetear a mí misma, eso fue en el pasado.

*Recientemente descubrí que hay aromas, como las gardenias o la cera de bolero, que me transportan a mi infancia como ningunos otros.

*Detesto que la gente te comparta un caramelo delicioso si no te van a decir luego dónde lo compraron, cómo se llama o cómo hacerlo. Después uno dedica sus días a buscar un caramelo similar, no lo encuentra, y desperdicia tiempo y energía en experiencias que, con total honestidad, podría uno ahorrarse.

*Sucio y lindo pueden formar una estupenda oración.

*Me revienta cuando los viejos babosos se suben al vagón de damas en el metrobús, un poli los regaña y cuando ellos le contestan nadie hace nada. Por primera vez un poli busca corregir algo de buena manera y cuando el desgraciado lo menosprecia nadie hace nada. Hoy apoyé al poli y casi se me avienta el viejo baboso y trajeado, bring it on!!! Le dije, jaja.


*Me temo que si las cosas siguen como van voy a acabar rompiéndole los dientes a alguien.

*Cuando tengo mucho trabajo y no logro concentrarme me pongo a escribir pendejadas. Pierdo mucho tiempo en ello...

*Odio que el clima cambie de opinión como de calzones y últimamente disfruto más los días lluviosos que los soleados.

*Estoy amargadérrima y la mitad del día la paso mentando madres.

*La otra mitad bailo, escribo y tengo alucinaciones sonoras no tan agradables.

*Escribo cuentos y creo que no me gusta escribir cuentos, ¿o será que no me gustan los que escribo?

*Aunque soy chava y tengo chichis como que me gustaría ser hombre para saber qué se siente que te exciten unos buenos senos.

10/19/2009

Lunes de malviajes

Hay días en los que uno se encuentra con malviajes en cada esquina, sea que se llamen escenas sordidísimas de sexo sin pudor, tíos que se la sacan a la menor provocación para orinar en la vía pública, mamás golpeando a niños o, simplemente, cosas tan típicas de la vida virtual que hoy todo lo domina.

Si de por sí, el simple hecho de que sea lunes para algunos ya es considerado un malviaje, hoy ya sufrí dos que necesito sacar aquí con particular verborrea:

1. Grupo de 8 chavitos adolescentes con la mona puestísima en las narinas a una cuadra de mi casa.
2. El conocido malviaje de facebook (me agregó, dije que sí y ahora resulta que es una stalker, loca).

Empecemos por el principio. Aquí, a una cuadra de mi casa vimos pasar hace una hora a unos ocho chavitos (niñas y niños), bien vestidos, limpiecitos y con la mona agarradísima... ah, y con una escuincla de unos tres años en brazos de uno de ellos. No es la primera vez que me toca ver la mona, obvio, cualquiera que se mueva en la ciudad y salga de las Lomas y el Pedregal ha visto cosa semejante. Pero sí es la primera vez que me toca ver eso con chavos que no parecen de la calle, sino más bien de casa trabajadora, limpiecitos, recién bañados y bien vestidos. Me malviajó un poco la escena, la neta, porque sí estaban muy chavitos y además por la niña que venía con ellos. Porque, habrá que decirlo, una cosa es drogarse y otra bien distinta drogarse cuando se tiene a cargo a un menor... Eso ya es muy irresponsable.

Parte dos del malviaje. Hace como un mes me agregó en el facebook una chava que según yo no conocía. La ignoré, pasó el tiempo y lo volvió a hacer. Me metí a ver a sus amigos y resultó que compartíamos a muchísimos, así que le di que sí, a la espera de pronto enterarme de quién se trataba. No había pasado ni una semana cuando me mandó el siguiente mail que así con todo y que estoy maleadona gave me the fucking creeps:

Todo es un circulo
hazte a la idea
Al final del camino está una puerta,
ábrela y no llores
por lo que ahí veas.

No sé si sea de su ronco pecho, lo haya sacado de una peli de terror, de un bonito libro de poemas o qué, lo que sí sé es que no está como "buena ondita" recibir algo así en mi mail, ¿no? Obvio la bloqueé de inmediato, pero quedé como con mal sabor de boca, no con miedo, pero como con una sensación de vulnerabilidad cero agradable.

Su nombre: Fernanda Camacho y la verdad que como me castró un poco el miedo no me metí a ver mucho más su perfil, sólo quería eliminarla de mi vida "virtual". Sepan ustedes que fuera de personajes famosos, jajaja, no acepto a nadie que no conozca, pero como soy muy mala con los nombres y las caras, y entre las escuelas y las chambas conozco mucha banda, pues pensé que podría ser alguien de mi pasado reciente o lejano y como insistía tanto, no quise ser grosera... En fin... si saben quién es, por favor, quítenme el malviaje. Si no saben y la tienen en el face, la neta, creo que es mejor darle mate... y si entienden a qué se refiere con la circularidad, la puerta, el camino, etc. agradeceré el tip de sobremanera.

Ya sé... medio se dejó caer el invierno y habrá quien piense que es culpa mía, pero no, fíjense que no, el misógino de los cielos, o la egoísta de la literatura de mi vida rara vez cumple mis deseos...

10/16/2009

Temporada de abanico



¿Dónde quedó el otoño? ¿Dónde está? ¿Dónde lo pusieron? Yo no soy persona de palmeras, arenas y soles. No me malinterpreten por favor, me gusta ir a la playa, pero cualquiera que, como yo, se mueva en transporte público en esta ciudad sabe de lo tortuoso de dicha actividad cuando el clima es caluroso.

Puedo aguantar sudar como puerca en asadero en abril y mayo. Soporto hacerlo todavía durante el verano, pero que a mediados de octubre tenga yo que portar abanico y sacar las piernas de sus cómodos pantalones me parece, francamente, una grosería.

Porque además, habrá que decirlo, ésta no es tierra gentil para andar semiencuerada, se vuelve una objeto de miradas lascivas y barridas envidiosas. Aunque también, habrá que decirlo, goza uno de un peatonal beneficio: los conductores masculinos se detienen para que una pueda cruzar y eso es un bonus tal que hace que uno piense en regresar más seguido a la mini.

Ayer me puse una camisita-vestido y unas mallas opacas, porque ya no estoy en edá de mostrar tanta carne pelada, ¿no? Estuvo bien, no sentí TAAAAANTO calor, sin embargo, treparse así al metro es TODA una hazaña, eh... Y más cuando una llama mucho la atención por andar de aquí pallá con el abanico en la garra... Porque sí, como soy una mujer muy sudorosa (asquerosamente sudorosa) tengo que abanicarme todo el tiempo, de otra forma la ropa queda empapadamente repulsiva y yo con ella, ¿no?

Pero bueno, básicamente todo esto es para pedirle al otoño que ya no se ande con jaladas. Porque los bochornos de menopáusica van fatal a mi edad y creo que merezco justicia, el trato es la mitad del año y hay que respetarlo, a mí no hay antitranspirante que me haga efecto, o sea, no huelo mal, pero me empapo, es horrible que te den un abrazo o, peor, no querer ni mover los brazos porque se te vea el charco... Así que justicia para las mujeres que sudamos harto, que llegue ya el otoño y termine la segunda parte de la temporada de abanico que me hace ver tan señorial, como miss piggy en sus cuarenta y tantos, sude que te sude el chango...

10/12/2009

Nada como unas chicas en bikini...

Pa empezar la semana bien bonito...

De las meadas



Sí, a todos nos pasa. Me declaro culpable, yo una vez meé a mi güey. No tiene caso negarlo, creo que alguna vez en la vida pasa que nos sentimos un poco en riesgo y no controlamos el torpe impulso de la orina.

Aunque también acepto que hay gente muy posesiva que hace de la meada un deporte olímpico y no bien sienten que alguien se acercó demasiado a su "perro", meten duro el jalón de correa, no vaya a ser que se les alborote el animal y luego no sepan cómo o no puedan alcanzarlo.

Cuando a mí me ocurrió, porque con mi neurotismo y agitación de cocker spaniel no podía no haberme ocurrido, fue fuerte, fue notorio, pero fue también simpático, algo básico para mantener la elegancia en la meada.

Estábamos en el Imperial. Yo bailaba, Fabián platicaba con un cuate, ahí cerquitas. De repente, una chava de miradita perdida se lo queda viendo con intensidad asesina.

Yo, que así pendeja, pendeja, lo que se dice pendeja, no soy, me la quedé viendo también, finalmente yo soy chava y también le he entrado a las intensas miradas.

La chica, jovencilla si mal no recuerdo, se cruza hacia donde está él y así, muy fresh, lo agarra de la mano. Yo reaccioné por impulso y me fui sooooobres a decirle: ¿se te perdió algo?

Las miradas de los presentes fueron suficiente para darme cuenta de la meadota que me había echado. Pedí disculpas (a mi chavo no a la vieja, ¿no?) y reí por mi absurda y desmedida reacción ante lo que era, evidentemente, una estupidez. Me burlé de mí misma por levantar en lo alto la patita y echar chorrito inconfundible de agüita amarilla.

Pero, habrá que decirlo, hay gente que no mea con tanta elegancia. Hay gente que na más siente que pasos en la azotea, azota públicamente a quien sea. Y con "quien sea" quiero decir a su pareja. "Mío, eh... aguas con pensar lo contrario..."

Los marcan como si fueran ganado. Nada más llegan a una fiesta y se ponen bien "cachondas" a marcar territorio a impulsivos besos que sus parejas no saben cómo contestar pues nunca antes habían sido experimentados. Los presentan primero como novios que como hombres, o abusan de motes y apodillos cuando están con los amigos ("mi amorcito esto" "chiquito aquello" "cosita linda"), los castran poco a poco. Sistemáticamente les encogen los huevos hasta que ni con lupa se los encuentran. Los vuelven productos de su propiedad.

Todos lo hemos visto. Todos hemos observado alguna vez el exceso, lo barroco del asunto, la verdadera cara del miedo...sin embargo, hay días, como hoy, en los que la cantidad y la calidad de las meadas nos hacen pensar en un nuevo récord. Sí, algunas personas me siguen sorprendiendo. Y es que, ¿qué dice más "mío" que una buena selección fotográfica?

A mí que me encanta llevar todo a las últimas consecuencias y darle vuelo a la hilacha con la narrativa, todavía hay cosas que me parecen de mal gusto, que carecen mucho de la estilística necesaria para estar al nivel del resto de las intensidades que hacen la literatura de este mundo.

Los invito a mear, pero con total elegancia.
Si han sido meados, ¡rebelaos!
Y si les mearon el proyecto, sean sinceros y acepten que no les gusta con meados.

10/08/2009

La muerte de un refrigerador




Hoy le dijimos adiós al refrigerador. Llevaba días gimiendo moribundo y nosotros lo ignorábamos esperando dejara el berrinche al ver que no cumpliríamos con sus absurdas demandas. Pero era evidente que moriría y pronto.

Anoche su quejido se volvió más fuerte y nos dimos cuenta de que llevaba horas sin enfriar. Fabián le movió el termostato con la esperanza de que reaccionara y lo dejó descansar en privado, con la puerta de la cocina cerrada.

Hoy desperté a las cinco de la mañana, había olvidado por completo su terrible dolencia y cuando me acerqué a la cocina para hacer café lo escuché. Abrí su puerta y sentí su temperatura. No había caso. La fiebre le había subido muchísimo, el pobre sólo estaba sufriendo... y sufriendo... Tenía que apagarlo. Tenía que desconectarlo de la electricidad, de su miseria.

Cuando Fabián despertó y se lo dije se puso triste. Fuimos a verlo, a abrazarlo, después a llenarlo de hielo para que no se le echara todo a perder dentro, en lo que vemos qué hacer con su cuerpo.

El agua le escurre y con ella los recuerdos, todas esas veces que en los últimos 5 años, desde que me pertenece, abrí su puerta, coloqué un imán, pegué una foto. Lo extrañaremos y, más que eso, sentiremos el pesar en la cuenta de ahorros de la que, con urgencia, tendremos que sacar el dinero para reemplazarlo.

Adiós muy querido, adiós...

9/30/2009

Yo

Soy un ser traído de Marte que come chile y toma mate; un extraterrestre al norte y al sur del Ecuador. Todos somos latinoamericanos, pero no somos iguales y esas diferencias a veces calan en lo más hondo. Soy la primera en mi familia en haber nacido en México; el resto son de Uruguay, y allá se mantienen la mayoría.

Ahora, si me lo preguntas, de entrada me defino mexicana, aunque en la práctica se nota que una parte importante de mi identidad se encuentra ese pequeño país del sur. Quizá como me siento dividida, diferente, extraña, aunque siempre tuve amigas, nunca tuve una especial; la mejor, que me acompañara por más de una temporada de mi vida. Creo que es debido a esto que, desde muy chica, acudí a los libros en busca de llenar el vacío de esa intimidad con otro tipo de amigos.

Sin embargo sería mentir el decir que mi romance con la palabra ocurrió a consecuencia de esto. Desde que aprendí a hablar nunca pude parar y a la fecha me recuerdan continuamente que paso más tiempo con la boca abierta que cerrada.

Creo que por ávida lectora me enamoré de la humanidad, pero no de los humanos. Mi primer gran affaire fue, probablemente, con La historia sin fin de Michael Ende. Por dos semanas no pude soltar el tomo que me hizo volar y conocer nuevas tierras. Desde entonces he leído y leído, siempre recordando lo que cada uno de esos libros me hizo sentir, aunque por momentos olvide las historias que contienen.

Soy una persona narrativa, con oído dulce y musical, por lo que por momentos, al tomar una pluma, me salen las rimas muy natural, aunque a veces preferiría evitarlas.

De adolescente me consideraba genial. Creo que más por ignorante que por soberbia. Hoy me siento en proceso de evolucionar. Con muchas opiniones, sin mucho que decir; por paradójico que esto suene.

En la primaria y en la secundaria yo era de las matadas; de las come libros; de las estudiosas amantes de las plumas y el olor a papel. En la carrera, Letras Hispánicas en la UNAM, también fui ratón de biblioteca, siempre leyendo, escribiendo… Obtenía lo que quería a base de trabajo, de esfuerzo, nunca perdía.

Y confieso que hasta hace poco ése era mi miedo más profundo: fracasar. Y no fue sino hasta que fracasé que decidí cambiar y reordenarme. Todavía me encuentro un poco aturdida por ese golpe, un poco confusa sobre la dirección que debo tomar.

No sé si es mi trastorno bipolar, mi norte-sur, mi identidad dividida, que me ha guiado en este viaje; pero hoy siento que este fracaso a la larga me dará las bases para tener un principio mejor.

No creo en Dios, aunque respeto a quien lo hace. No reflexiono sobre la existencia de aliens ni tengo un altar lleno de ídolos intelectuales.

No soy sabia ni un libro de referencias ejemplares, aunque tampoco ingenua y blanca, ni tan rebelde y despreocupada como en realidad me gustaría ser.

Creo en el trabajo duro, en la crítica, en la justicia y en levantarse. Creo en la honestidad, la música y las artes. Creo en la humanidad, pero no en los individuos que la componen.

Estoy amargada pues aunque el mundo es fantástico, la mayoría de la gente es una mierda; y aunque eso me aísla y me vuelve solitaria, me hace también más analítica y menos conformista.

Me emociona que hoy el planeta sea diminuto y podamos conocer gente que se encuentra en otro continente; me encanta la sensación de tomar un libro y no poder dejarlo; amo bailar y escuchar música, cocinar, coser, comer y cuidar a mis plantas.

Estoy estancada en un estilo, en una forma, y busco moverme, transformarme.
Estoy en un punto crítico: cambiar o morir. Usar el fracaso para superarme, ser autodidacta y seguir la filosofía del Do It Yourself. Avanzar, empatizar, entender. Dejarme doler para comprender, para ver, para sorprender-me con la materia de la vida.

9/28/2009

Soy narrativa



Soy crónica de largo aliento, narrativa por elección y por convencimiento. Busco contar cuentos, dar giros, anudar cabos sueltos, cerrar historias, plantear argumentos.

Soy mujer de novelas, de sagas y distancias, de páginas y páginas, de capítulos varios. Soy verbo imaginado, sustantivo preciso, adjetivo entregado; anécdota y escena; personaje y punto climático.

Soy letra erótica de puntuación intensa, alejada de romances estilísticos y versos enamorados. Soy carne viva de agitación y sentimiento, con un presente y un pasado, con un contexto bien ilustrado y un significado claro.

Soy todo menos poesía, tan breve, tan críptica, tan escurridiza. Mi idioma no entiende de tantas metáforas y alegorías, sin los argumentos propios de la narrativa.

Me gustaría saber apreciar las gracias del verso, la elegancia de la rima, lo exquisito sin contexto, pero no tengo la clase o el sustento. ¿O es que las aliteraciones de tu conducta poema, han cansado a mi oído de prosa periodiquera?

Por eso, como nota de diaria, cual efervescente relato, busco la conclusión a esta unión antinatura que habíamos comenzado. Porque, aunque mi historia de puesto, cruda y directa como la sangre y el sexo, con todo mi cuerpo te deseaba en carne y verso, ya me he dado cuenta de que no podré aprehender tu lengua métrica en mi piel de historias callejeras y que no llegará el momento de cerrar el relato que en mi cabeza he abierto, pues tu poesía no ha dejado cabos sueltos.

A la gente en la calle...

A los hombres:
1. Sí, soy mujer y tengo busto, ¿nunca habías visto un escote? Mirarme los senos fijamente es de mala educación, ¿comprendes?

2. Que vaya sola no significa que esté buscando quién me acompañe, no le hagas al menso.

3. Si te volteo a ver en repetidas ocasiones con cara de miedo no te estoy extendiendo una invitación para que me saludes, así que circulando...

A las mujeres:
Si tienen hijos varones pequeños, por favor, no los agarren a madrazos en la parada del camión, no les jalen el pelo ni les digan inútiles, en general, pero menos en público. ¿Cómo esperan que no creazcan para ser unos cobardes con esos tratos? La humillación pública es difícil de olvidar.

A la gente en general:
1. Sí, soy mujer y me gusta hacer guitarrita de aire cuando escucho música, ¿algún problema?

2. Si canto un poquito mientras camino, no significa que esté loca, no es mi culpa que no conozcas a The Who y por eso llame tanto tu atención mi grandiosa interpretación.

3. Los de los carros, por amor al Ñor, NO SE PAREN EN LA LÍNEA PEATONAL, y mucho menos me la armen de jamón cuando reclamo por tener que cruzar por los coches, no sean ignorantes y majaderos.

***Al resto del mundo, amo Insurgentes, amo caminar sólo por caminar, amo ir al parque... y no, no estoy peda, sólo ando de buenas :D

Una parte de la hormona

Ayer descubrí que sólo los parques calman mi temible reacción hormonal ante todo, TODO, lo que se me ponga enfrente. Sólo ahí me aguanto a mí misma, porque últimamente me caigo fatal.

Desde que dejé mis pastillas, para hacerme unos estudios, cada día me siento más descontrolada. Es como en el video de Depeche Mode que sale el tipo al volante, pero no puede manejar porque está todo atado y trae una máscara y entonces no ves cómo se retuerce de sufrimiento. Yo voy en el carro, pero son mis hormonas las que tienen el control de todo y la verdad que las hijas de la chingada me hacen reaccionar siempre de la manera más inesperada.

De entrada, desde fines de la semana pasada, tengo mucho que hacer y NADA de concentración. Es como si fuera un escuincle con déficit de atención o ese sindrome para el que les dan pastillas en un intento de volverlos aplicados e inteligentes. Yo nada, no puedo con NADA y no me gusta empastarme y hasta cuando me he empastado, la neta que los fármacos le hacen cosquillas a mis secreciones hormonales.

Tengo mucho que escribir y puedo darle la vuelta 500 veces a una oración sin encontrar lo que quiero decir o cómo decirlo. ¿Leer? Olvídenlo, mis lecturas de la tesis me tienen con la sensación de que la mala vida me hizo perder parte importante de mi materia gris, soy como un hámster, cero razonamiento complejo. Ah... leer por placer, no pues tampoco, no logro seguirle el hilo a nada, después de 15 minutos con un párrafo me doy cuenta de que: a) no estoy leyendo, o b) estoy leyendo, pero no procesando.

Despierto temprano, a la mitad de la noche y no, no estoy cansada, simplemente estoy ansiosa, dándole vueltas en la cabeza a cualquier cosa: por qué no se ponen rojos mis jitomates, hay que comprar tortillas, tengo que llevar un recibo, NO OLVIDAR PRESENTAR IMPUESTOS. Que si el llanto del bebé de la vecina es o no normal, ¿será que lo maltratan?... PEOR que si es o no normal que el llanto de su bebé me despierte a las tres de la mañana cuando mi chavo ni se ha enterado de que hay un bebé nuevo en el edificio. Porque no es como que el niño grita terriblemente y despierta a todos los vecinos, es más, está en un cuarto distinto, pero todas las noches lo escucho y la verdad eso me frikea aaaaaaaaños. Me despierta la lluvia, me despierta mi cerebro que no se apaga, pero que pierde el hilo nada más piensa en algo, estoy en los impuestos, de ahí paso al banco y otra vez llego al punto de que me urge ir al dentista... TODO EN MEDIO SEGUNDO, joder, no me puedo seguir el paso.

Y sí, también estoy alterada, en más de un sentido. Ya no sólo es el gobierno (eso no es de hormonas, es de dignidad), sino también la gente, los bebés, los perros, los semáforos, mi suéter, vaya, que no me peleo conmigo a gritos por obra del "señor", lo hago internamente, pero así al menos nadie se entera. Porque ahora sí que me he peleado con todo el mundo. Y habrá quien piense que es normal, pero con total honestidad, aunque me enojo mucho, generalmente me guardo bastante. Más en contextos en los que NO es apropiado pelearse o bien si ni siquiera tengo una razón para pelearme.

¿A los gritos con alguien de trabajo? Uy, claro, pero me tienen que hacer encabronar para que me suelte y ahora se me sale con una facilidad... Y es que sí, ando de sincerota, sin pelos en la lengua, cosa que por un lado, buenísimo, es más, para muchos harto cagado, porque cuando me enojo escribo y cuando escribo enojada me leo muy chistosa, pero a ver aguántenme diario... En voz alta, en voz baja, por teléfono, por mail... sí... mi chavo luego parece un santo, aunque quienes lo conozcan sabrán que no lo es... ejem, ejem...

Y todo esto porque me paré hace dos horas y llevo una semana intentando escribir una crónica cortita y nada... No me sale... estoy constipada, estreñida, ahora sí que como dice la Laura Flores, me hace falta una depuración antes de que todo se eche a perder dentro. Y sí, la verdad me parece repulsivo ese comercial y a lo último que me incita es a comprar el pinche yogurt Activia que además ni sirve pa dos varos...

La otra parte de la hormona mejor ni comentarla pasa uno unas penas, unos sonrojes, unos calores... Pero si hasta parece que estoy menopáusica. Y es que de verdad, quien no ha vivido esto no lo puede entender... Digo, yo antes sí me sentía hormonal a veces, una vez cada tanto, un poquito hormonal, me salían un par de lágrimas, qué se yo... No esta cosa incontenible, no el berrido absoluto mientras caminas bajo la lluvia en Patriotismo para después sentir una ira imparable contra el poli que se te queda viendo y después bailar con el paraguas porque "qué bonita es la ciudad". No, a ver... hay cosas que uno puede soportar y otras que no, es como si le dan un beso a uno y se chorrea un hilo de baba por la barbilla, en buen plan, por mejor que me caiga el tipo eso ya no es sensual, es asqueroso. Las mamás me la mentarán, pero a mí hasta la baba de los bebés me parece un líquido bastante repugnante, ni hablar de la mía, ¿no?

(Abrimos el paréntesis para hacer notar, ya en lectura que no sé de qué estoy hablando, así es mi cerebro, se va... se va... se FUEEEEEEEEEE, cerramos el paréntesis).

Bueno, todo esto para ver si así se me suelta la tecleadiza de mi crónica que ya tengo que entregar y también claro para ofrecer algún tipo de disculpa, en especial a los hombres, porque qué de encontronazos que he tenido con ellos en las últimas dos semanas... Y Valen, sí, Valen, me agarraste en la hora del llanto, manita, desperté hoy más lúcida y nuestra conversación me pareció salida de Marte...

Digo, esto no le quita el peso a mis palabras, eh, aguas, sólo modifica un poco el tono... A los de Rigo, chavos, sí pienso esas cosas, no hay manera de no pensarlas, la verdad sí pienso a veces que estamos en el hoyo, aunque los quiero a todos, con todo y que algunos desaprueben mis temáticas e intereses en la vida, al final yo sólo soy una albañil de las palabras, entiendo que los arquitectos me vean con malos ojos, jeje

Y sí, la verdad sí pienso que el gobierno nos está atorando de lo lindo y me desquicia que a todo el mundo le valga madres, pero Maco, querida, no quería yo ofenderte con mi posición de renegada, si lo hice, una disculpa... Lo mismo a nuestras compañeras de cine el otro día, porque ahora que pienso cómo llegué, entiendo la cara que traían... Y yo tan fresca comentando al muchachito... uffff, qué muchachito...

O Gaby, querida... qué te digo, no me aguanto ni yo... Por eso me encierro en mi casa y busco eliminar todo contacto con el exterior...

En fin, el caso es que ya me hice mis análisis y mañana me los dan, así que la semana que viene sabré al fin qué es lo que me pasa, si tiene solución o si pasaré el resto de mis días en un high hormonal, perdiendo amistades y trabajos, porque como estamos no me puedo concentrar... Y lo que más me duele es que hoy quería ver lo de Pessoa, pero como no puedo escribir, como no puedo nada, pues me chingo y me quedo en casa...


Sí... estoy algo acelerada... Si no mencioné su nombre, pero los he taggeado, nada más es porque probablemente me compartieron algo y mi sensibilidad de niña hormona no me permitió apreciarlo de la forma correcta o porque quizá dije algo medio raro... en fin...

A ti que todo lo llenas...

La primera vez que nos vimos, yo era otra. Era creyente de chispas y máquinas de escribir parlantes; de poemas de parasoles y aventuras de gigantes. Medía, quizá, poco más de un metro y mi actividad favorita era siempre imaginar que estaba en otro tiempo.

Ya desde entonces sabía, aunque de forma instintiva, que de tu hechizo era imposible salvarse. Me quedó claro, desde el principio, que eras una hechicera poderosa y que tu alquimia no sólo era de temerse, sino de esperarse.

Nuestro primer gran encuentro corrió a cargo de Michael Ende. Aunque nos habíamos visto antes, no fue sino a hasta ese momento que comprendí cabalmente lo que significaba tenerte. Tendría yo ocho años, como mucho, y lograste enamorarme apasionada con las páginas de La historia interminable. Nos tocábamos hasta altas horas de la noche, en las que yo, labios palabra, silenciosamente recitaba cada una de tus frases, mientras me acariciabas suave con tu papel y me dejabas sedienta de un párrafo más, una línea más, una palabra.

De ahí en adelante nunca pude dejarte. Me convertí en una adicta que para todo quería buscarte. Te perseguí por los rincones de la casa, en los altos estantes, en los libreros fraternos, en las ferias, en las calles. Toda letra era una clave de tu paradero y yo no detendría mi ardua búsqueda hasta encontrarte.

Te integré a mí en los poemas de Benedetti, inmóvil al borde del camino, con la página suelta de No te salves en mano; te incorporé amor cuando Sabines supuso mejor; te aprendí soneto con Sor Juana; y quise escribirte voladora cuando Neruda me dijo al oído que para tu libertad bastaban mis alas.


Me hiciste mujer con Vilariño cuando desde el pozo asfixiante del recuerdo decidí llamarlo; te intenté asir en Aura y amar en Rayuela; te conocí adolescente en Kundera e ilustrada en la piel de Bradbury; campo mexicano en Rulfo y profunda ceguera en Saramago.

Lo nuestro era literario, un romance estético y poderoso que debía ser cronicado. Si te escondías, yo daba con tu esencia entre mis dedos cuando, pluma en mano, te buscaba en cartas y cuadernos. Recuerdo nuestro primer intento mecánico, cuando con la Olivetti de tecla durísima, te quise conquistar con historias de terror y poemas románticos; cuando te miré a los ojos y decidida tomé el camino de la palabra.

Entonces no me había dado cuenta del influjo de tu presencia en mis actos, te creía elección y no sino; sustantivo y no verbo continuo. Sabía que quería entenderte, saberte de otra forma, explorar tus encantos con ojos y labios, recorrerte completa y hacerte parte de mi cotidiano.

Por eso te dediqué cuatro años. Por eso decidí hacer todo a un lado y dejar que me hechizaras con el Polifemo; que me enseñaras a ser erótica con San Juan y me convencieras con las palabras de Diego de San Pedro. Dejé que me hundieras en el abismo de Beckett, que me mostraras el fracaso en Cervantes, que me hicieras llorar con Manrique, que me dieras dolor de espalda con Amalia y La Araucana, me enloquecieras con Aurelia y me hicieras creer inteligente con la teoría literaria.

Te permití enseñarme cómo es la vida y cómo es necesario sufrir para vivirla. Y tuve miedo de ti, de mí y de lo que haría. Inocente pensé que sin ti sobreviviría. Ilusa mocosa, te dejé en los fríos salones, en los pasillos olor de libros, en los escondites, los lugares. Pensé que sólo eso te pertenecía, unos años, unos cuentos tontos, un par de amores cruzados y por eso sufrí aún más al verte desaparecida y yo necesitada de tenerte entre mis brazos.

Te busqué en Murakami, te reencontré en Pessoa, dejé que me hicieras vibrar nuevamente con Auster y pensé comprenderte con Baricco. Te tomé entre mis dedos y te hice mía: te ejercité a diario y en mis diarios, te practiqué en mala poesía. Te falté al respeto, pero volví a confiarte, y te dejé guiarme en mi día a día.

Y después de cuadernos y cuadernos, de páginas, tapas, de miles de capítulos, me di cuenta de que es por ti que soy quien he sido. Que recae en ti mi forma y contenido, mi intensidad tragedia, mi amor griego, mi pena romántica.

No quiero reclamarte nada. No estoy arrepentida ni concibo la vida sin tu especial mirada, pero es que, Literatura, me has jugado una mala pasada. Te mostraste inofensiva y eres droga malsana. Me has hecho vivir de vértigos, buscar los picos, encerrarme en círculos viciosos llenos de masoquismo.

Por ti soy una insatisfecha crónica, que siempre necesita más para sentirse viva. Porque tú me enseñaste que el amor es palabra y el sexo página; tú me mostraste que es mejor sufrir que no sentir nada; tú, soberana maestra, me hiciste pensar que letra es terapia.

Por ti he perdido amistades (ninguna que valiera tanto), he terminado relaciones (o debiera decir, me han terminado) y he saltado de sitio en sitio buscando mi espacio. Porque no soy sin ti y no soy para los otros. Porque nadie entiende que eres tú la que desgarras, la que deshaces y haces a tu antojo, la que me enseñó el otro lado de mi ficción. Porque para otros tus obras son eso, obras, mientras para mí no son otra cosa que hecho absoluto, única verdad, irremediable conjuro.

Sí, temo que por ti me quedaré sola al final. Temo que por culpa de tus moralejas no pueda nunca encajar en un mundo que me considera por demás intensa. Temo que por los años que te he dedicado la vida nunca me sabrá por completo y temo también que ya sea demasiado tarde, pero lo es.

No concibo dejarte de lado. Creo que a estas alturas no puedo ayudarme a superarte sino es con tu ayuda, contigo a mi lado, porque sólo con literatura logro salir del abismo. Sólo contigo puedo dejar mis tristezas, aprovecharlas, entenderlas; sólo contigo disfruto la euforia, valoro el amor, añoro la gloria. Sólo contigo, a mi lado, sobrevivo al cotidiano, aunque en realidad sea por ti que sufro tanto.


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Para ustedes, colegas, que seguramente sufren también de esta relación intensa que nos ha hecho unos inadaptados deformes que piensan que sólo lo que es "literario" vale la pena... Jajajaja :)

Aclarando...

Hace mucho que no escribía aquí... Y es que la verdad, como que no me acostumbro... Me siento expuesta, vulnerable, rara de gritarle lo que pienso al mundo. Por eso no le digo a nadie de esto, por eso escribo y lo guardo en mi compu o en mi cuaderno... Pero luego hoy decidí que mejor no... Así que de madrazo van varias cosas que he escrito y que creo que me gustaría compartir (y si en realidad no, pues más vale que me acostumbre).

Así que de madrazo, aquí vamos...